viernes, 19 de agosto de 2011

La Gran Mentira


Tenemos un Presidente de Canarias (Sr. Dº Paulino Rivero) que a mi modesto entender y viendo sus “actuaciones” políticas creo que desconoce la realidad jurídica de Canarias con respecto al Ordenamiento Interno del Estado (Reino de España).

Pongo en su conocimiento para que lo tenga presente, no solo usted, sino sus asesores (podríamos decir también sus “amigos” “camaradas”….) que la Convención Internacional del Mar celebrada en la ciudad de Montego Bay (Jamaica), organizada por las Naciones Unidas en el año 1982, es la base jurídica principal para la reivindicación de que “nuestra tierra” tenga aguas propias.

Por si no lo sabe (creo que de tonto no tiene un pelo) o no le han asesorado convenientemente, en esa Convención se pusieron de acuerdo los Estados (Canarias no participó porque no es un Estado) participantes en perfeccionar el Derecho Internacional del Mar existente desde la primera Convención en 1958, se regularizó el criterio unitario sobre la conflictividad jurídica internacional con respecto al aprovechamiento de los recursos económicos de los fondos marinos y las pesquerías más allá del mar territorial de las doce millas, que en aquel entonces, posibilitaba a que cualquier Estado podía trasladarse a zonas marítimas de otros Estados a adueñarse de las riquezas extraídas por fuera de esa distancia de la costa.  También se regularizó los espacios marítimos de los archipiélagos, tanto para los Estados Archipielágicos, como para “otros archipiélagos”. Para los que ya eran Estados, pasaron automáticamente a imponer sus delimitaciones marítimas fronterizas.

Los otros archipiélagos “No Estados”, están condicionados a un reconocimiento internacional como archipiélago (Canarias no lo está), y además, estar dotado con un régimen político Estatutario de Plena Autonomía Interna (Canarias no la tiene).  Quienes así procedieran, se acogerían a la Convención de Montego Bay, imponiéndose la unidad territorial marítima archipielágica, formada por el conjunto de islas y el mar que las conectan, y desde ahí, las líneas de  base recta, donde se medirían el mar territorial, la zona contigua y la zona económica exclusiva. El mar que conectan unas islas de otras, tiene la consideración jurídica de “aguas interiores”, por donde el paso inocente a la navegación internacional, sería competencia de la autoridad archipelágica, y no de la Organización Marítima Internacional. Los Estados con soberanía sobre islas o archipiélagos, y que no estaban dispuestos a conceder el planteamiento político aprobado en la Convención, pelearon inicialmente que se reconocieran los mismos derechos que a los Estados Archipielágicos, pero no fue posible. El reconocimiento archipelágico fue y es una realidad jurídica, y muy mal lo tienen aquellos archipiélagos que no se acojan en Ley.

Lo cierto es Sr. Rivero, que Mi Tierra, Mi Nación (Por sus diversas actuaciones no tengo claro que para usted Canarias sea su Tierra o su Nación)  se encuentra inmersa en una serie de contradicciones jurídicas  al ser una comunidad española, un territorio definido en Europa como Región Ultraperiférica y un archipiélago del Estado y lo más cierto aun es que estos tres conceptos se contraponen, y que en ninguno de ellos se da lo requerido para que Canarias tenga su propio Mar.

Dicho lo anterior y  remitiéndome al año 1982  por la aceptación de la clase política canaria (yo mas bien lo definiría como una cobardía) de esa época, somos una Comunidad Autónoma de segunda categoría y debido a esto entre otras muchas razones, no somos un archipiélago, Canarias son islas por lo que no podemos reclamar aguas interiores. 

Sr. Rivero, no confunda más a los canarios, déjese de demagogia y de “mentiras” respecto a las “aguas interinsulares” y si de verdad usted se siente Canario, y es usted Nacionalista (fíjese ni siquiera le hablo de que sea usted un independentista, aunque conociendo su trayectoria política, no me extrañaría lo más mínimo, que con tal de mantenerse en el poder sea capaz de vendernos “la burra” de que lo és) solo puedo decirle que aún está a tiempo de actuar con verdadera firmeza, y por encima de intereses partidistas y propios, defender de verdad a Canarias y a los Canarios, tenga usted los “cojones” suficientes de hacerlo (yo sinceramente lo dudo).
Somos Sr. Rivero, lo crea usted o no, lo comparta o no, unas Islas, y para los canarios y a hechos me remito, usted no las defiende, pero eso sí, sí defiende sus intereses y los de su pandilla de “amigos”.
La historia Sr. Rivero pone a cada uno en su sitio, mucho me temo (camino de ello lleva) que la valoración de sus actuaciones serán vistas y analizadas bajo parámetros estrictamente jurídicos y aquí cabe el dicho que dice: “ A buen entendedor, palabras sobran”.

Canarias Sr. Rivero, es una Colonia y si estoy equivocado demuéstreme usted lo contrario, que yo a bien tendré rectificar mi opinión sobre usted y sus actuaciones políticas.

Por lo pronto Sr. Rivero, usted me ha vendido una “Gran Mentira”, mentira que ni usted mismo se cree y que usted sabe que será imposible llevar a cabo, ya no solo porque contraviene el derecho internacional marítimo sino porque el Reino de España ya se encargará de que eso no suceda, pues demasiados son los intereses políticos que se tiene con Marruecos (ejemplo de ellos el Sahara) y otros países.

Por último siento decirle que pasará usted sin pena ni gloria por esta vida y que para la gran mayoría de los canarios de ahora y los que vendrán, lo que quedará de usted, es que fue un nefasto e interesado político en sus propios intereses y en los de su pandilla de “amigos” y no en Canarias ni en los Canarios.